Irma Alonso Albarrán, licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo, se incorporó al Colegio en 2014 y desde septiembre de 2021 es vocal de su Junta de Gobierno. Actualmente es la responsable del Área de Deontología. En esta entrevista destaca el relevante papel que los gestores administrativos desempeñan como expertos en toda la tramitación que los ciudadanos y las empresas deben realizar ante las diferentes administraciones, algo necesario, pero complejo y en ocasiones tedioso, lo que hace especialmente importante contar con profesionales especializados en esta materia.
¿Qué papel desempeña el Colegio como representante de los intereses de los gestores administrativos de Asturias?
Siempre decimos que es fundamental. La defensa de la profesión es el eje sobre el que pivotan todas nuestras actuaciones.
¿Cuáles son sus funciones como miembro de la Junta de Gobierno?
Como vocal de la Junta de Gobierno estoy a cargo del área de Deontología.
¿Por lo que respecta a su área de trabajo, que actuaciones se llevan a cabo desde el Colegio?
El Colegio otorga al área de Deontología un papel relevante. El artículo 1 de nuestros Estatutos hace referencia expresa a la necesidad de defender los legítimos derechos e intereses de los consumidores y de los usuarios y el deber de velar por las normas de carácter deontológico, disciplinario y corporativo. Y consecuente con ello, el Capítulo 3 de los citados Estatutos, dedicado a la Jurisdicción disciplinaria, desarrolla esta materia con un extenso articulado. La Junta de Gobierno reclama un correcto nivel de exigencia profesional a nuestros colegiados, lo que nos lleva a controlar el ejercicio de la profesión a fin de alcanzar unos altos estándares de profesionalidad.
¿Cuáles son los principales problemas que afrontan los gestores a la hora de ejercer la profesión?
Desde la perspectiva que me otorga el trabajo en esta área en particular, observo cierto desaliento en la ciudadanía cuando interactúa con la Administración. Me gustaría resaltar la importancia que tiene realizar los trámites debidamente. Los coloquialmente llamados “papeleos”, son una garantía para el ciudadano. El ser exhaustivo y cumplir rigurosamente con las exigencias de la Administración nos evita problemas futuros y nos da seguridad jurídica. No hay atajos y cada documento cumple su función. Hay que ser respetuoso con los trámites y colaborar con el gestor, que está ahí para acompañarnos y asesorarnos. Muchas veces el cliente no lo entiende y pierde la paciencia. La lentitud de la Administración tampoco ayuda.
¿Hacia dónde cree que debe caminar la profesión?
No cabe duda de que la pandemia Covid19 supuso un hito en nuestras vidas, afectándonos de distintas maneras. Nuestra profesión, que pasó por momentos muy difíciles, una vez superada ésta, se ha visto beneficiada. En ese periodo se potenció la administración electrónica y trámites que aun eran presenciales pasaron a hacerse telemáticamente. El papel está desapareciendo de nuestros despachos y la necesidad de desplazarse a las distintas administraciones lo que es muy positivo porque nos facilita la tarea. La profesión debe centrarse en el asesoramiento y el apoyo experto a pymes y particulares.
¿Cree que la profesión de gestor administrativo es actualmente una buena salida laboral para los jóvenes?
Es una profesión útil para la sociedad, necesaria para desenvolverse con las administraciones, que avanza con los tiempos, tecnologizada y con muchas áreas de actuación. Los jóvenes pueden dar mucho de sí mismos si se hacen gestores administrativos.